Hablemos de ESI: la importancia de conocer sobre salud y sexualidad

La profesora en Psicología, Victoria Ramírez, derribó los mitos más frecuentes respecto a la ESI y contó por qué es fundamental que se aplique en las escuelas.

Noticias d se contactó con la profesora en Psicología, Victoria Ramírez, para charlar sobre Educación Sexual Integral. La oriunda de Bella Vista es especialista en Didáctica de la ESI y respondió consultas sobre cómo se dan estas prácticas en la educación moderna.

—¿Cómo empezaste a enseñar ESI?
—Cuando conocés de qué trata la ESI y los instrumentos que nos da para vivir mejor en sociedad, empezás a detectar situaciones dentro del aula -cada vez más frecuentes- que necesitan intervención y que tienen que ver con las faltas de respeto, la discriminación y la violencia implícita naturalizada por todos. Eso fue lo que me pasó y fue el modo en el que transversalmente inicié, desde otras disciplinas como el arte y el diseño, a proponer la confección de afiches publicitarios, campañas de concientización sobre los métodos anticonceptivos -que es lo que más interés despierta en los estudiantes porque es lo que ellos palpan en su día a día-, la elaboración de material audiovisual referido a las leyes de salud sexual reproductiva, las ETS. De a poco fui trabajando de acuerdo al impacto que tenían las actividades grupales, los cambios actitudinales. Los estudiantes se expresan sin ningún tipo de filtro cuando se sienten cómodos, es propio de la adolescencia, y aproveché la curiosidad de esa etapa. Te sorprendería escuchar sus opiniones al respecto.

Los contenidos y el ámbito familiar

—¿Qué te llamó la atención de este tipo de contenidos?
—Es amplio y te lo podría responder desde varias perspectivas, pero te voy a mencionar el ámbito familiar como el foco de mi entusiasmo. La manera en que nos relacionamos desde que nacemos, el modo en el que nos van dando la forma que al mundo le sienta mejor, y vivimos de tal modo en el que las expresiones de género (la forma de vestir, de movernos, de hablar, de comportarnos, incluso de vivir en nuestros hogares) está 100% ligado a los estereotipos que nos quitan la libertad. Nos hacen creer que somos libres, pero en realidad nos atan a mandatos que los hacen sentir cómodos a unos pocos (y podríamos discutir acerca de esa minoría). La censura de las partes del cuerpo desde pequeños, los colores de las paredes de las habitaciones, las preguntas en cada reunión familiar que marcan una secuencia de hechos que se toman como obligatoria. Esos ratos comunes en familia son los que me marcaron y me preocuparon, porque mamamos todos los días cosas que nos quitan la libertad de ser mejores, somos los adultos los que inyectamos conductas discriminatorias a los niños y eso nos limita como sociedad.

Mitos sobre ESI

—¿Con que mitos se encuentra el docente de ESI?
—El primer mito y el más fuerte es la creencia de que sexo, sexualidad y coito son exactamente lo mismo. Es lo que nos aleja del vínculo bueno y provechoso entre la ESI y la familia, pero no podemos perder de vista los miedos que tienen esos padres de que se les enseñe algo indebido a los más pequeños, aún cuando el mayor educador sexual que tienen a mano es el porno que circula en Internet. También el mito del adoctrinamiento, cuando en realidad la ESI proporciona recursos para el cuidado del cuerpo y para ejercer sus derechos, para que puedan defenderse y cuidarse de los daños externos. Por otro lado, el mito de que recién en la pubertad nos convertimos en seres sexuales, esa idea hace que esté mal vista la Educación Sexual Integral en los primeros años de la primaria, perdiendo de vista que los valores son los pilares fundamentales del ejercicio ciudadano y por lo tanto de los lineamientos de ESI.

—¿La ESI ayuda a los adolescentes a reconocer situaciones de abuso?
—Como te mencioné antes, proporciona herramientas para el cuidado y la protección. Por lo general los abusos suceden más frecuentemente de modo intrafamiliar y por lo tanto no hay mejor manera de ayudar que haciendo entender a los niños que nadie más que ellos puede tocar su cuerpo. Un niño que no conoce sus partes y que desconoce su valor, jamás va a darse cuenta de que algo no anda bien. Claramente los adolescentes de hoy saben que tienen muchos derechos, pero lo que hay que hacer es interiorizarlos acerca de cómo funciona cada ley y de qué modo actuar cuando se ven vulnerados.

¿Recomendás la enseñanza de ESI a niños?
Sin dudas. Los niños son hojas en blanco llenas de potencia para hacer mejor el mundo y el trabajo de la Educación Sexual Integral en aulas de primaria es amor y respeto puro.

Ramírez dice que la relación con los alumnos debe ser de respeto mutuo.
Llegada a los alumnos y contenidos a puntualizar

—¿Ser una docente joven hace que sus alumnos tengan más confianza?
—Pienso que tiene que ver con el vínculo que se genere entre ambas partes. Los estudiantes, aún cuando no parece, se fijan en todo y las actitudes de los educadores adquieren mucho valor en la cancha, ante situaciones reales. Los estudiantes tienen confianza si la otra parte los trata con respeto, con cuidado y sin tapujos. Creo que si queda claro que el docente tiene todas las intenciones puestas en ayudarlos, en darles información y en escucharlos, dejan de ver el estuche y salen cosas buenas. Es importantísimo el clima de confianza, para que los pedidos de ayuda aparezcan. En muchos casos la escuela es el puente entre la sociedad o la justicia y la familia.

—¿Qué contenidos de ESI cree que son los que se debe puntualizar?
—Realmente me cuesta hacer este filtro porque todos los contenidos me parecen importantes, de modo gradual, pero intentando responder, te menciono cuatro:
– Ley de Salud Sexual Reproductiva,
– Ley de Identidad de Género,
– Métodos anticonceptivos: siempre enfatizando en que el embarazo es una de las consecuencias menos dañinas entre las miles que existen. En este punto me refiero a las enfermedades de transmisión sexual (ETS), que si bien pueden no presentar peligros inmediatos, pueden tener repercusión en la planificación familiar futura del individuo.
– Género y sexualidad.

—¿Creés que la enseñanza de ESI puede influir en una conducta sexual responsable en adolescentes?
En las primeras clases que desarrollé de ESI noté en los gestos de los estudiantes su sorpresa, su curiosidad, su alarma frente a peligros que ni ellos mismos percibían y que los rodeaban. Creo que siempre que haya una intencionalidad clara en las clases y se trabaje activamente en conjunto, se logrará el cambio. Ellos valoran la sexualidad como nadie, sólo que no saben darle el cuidado que merece. Como docente cada cambio, por más pequeño que sea, lo percibo como un avance. ¡Imagínate un educador sin esperanzas de cambio! Sería un caos.

Contenido provisto por: Fernando Solis Rinas
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