Día Mundial de Árbol: El Ficus risuta al que le llaman «Yerba mate»

El 28 de junio se celebra el día mundial del árbol con el fin de generar conciencia sobre su importancia e impacto sobre el medio ambiente, y sensibilizar a la población sobre la necesidad de conservarlos.

Si bien para muchas culturas los árboles representan historias ancestrales, legados generacionales o tienen un significado religioso que los hacen especiales, es también conocido el avance de la mano del hombre sobre los bosques nativos y especies milenarias con el fin de la explotación comercial.

La situación en el mundo

Según un estudio publicado por Journal of Sustainable Forestry existen en el planeta cerca de 60.065 especies de árboles. El documento afirma que a nivel mundial cerca del 78% de los bosques primarios han sido destruidos por la mano del hombre y el 22% restante se ha visto afectado por la extracción de madera. El 12% de los bosques del mundo están designados para la conservación de la diversidad biológica.

Es por ello que cada 28 de junio, si bien se desconoce su origen, se conmemora el día mundial del árbol, para hacer extensivo un mensaje de conciencia y preservación de lo que consideran «los pulmones del mundo«. Muchas organizaciones y grupos ambientalistas hacen hincapié en el valor de conservar las especies, debido a los efectos positivos que representan para la salud del medioambiente.

«Yerba mate»

En Goya un ejemplo de tradición, legado generacional, especie centenaria y, a su vez, un ejemplo de preservación es la vulgarmente llamada por los ciudadanos «Árbol de Yerba Mate«. Aunque se ha extendido entre los pobladores locales este nombre, es preciso aclarar que sólo corresponde a una mala atribución que se ha hecho popular, a tal punto de que muchos desconocen su denominación adecuada. Su nombre científico real es el Ficus Laevigata Uhal y fue el Director del Instituto Botánico del Nordeste, Ingeniero Agrónomo Antonio Krapovickas quien dió la precisión del mismo.

Este árbol se encuentra ubicado en la Plaza Mitre, principal paseo céntrico de la ciudad, y abarca una superficie cercana a los 35 metros de diámetro y más de 7 metros de altitud. Estas atribuciones naturales permiten la circulación de transeúntes y el descanso en los bancos bajo su gran sombra, como refugio del calor sobre todo en la temporada de verano, y además se erige como un centro de reunión de amigos, y es además un lugar de juegos infantiles.

La autora de la obra de arte «Testigo Urbano» en homenaje al gran árbol de la ciudad, Teresita González Ocantos afirmó que fue el médico veterinario Luis Bonifacio Gutiérrez, quien plantó el ejemplar en el año 1912, traído desde Paraguay a sus 18 años. Sin embargo, otras versiones afirman que fue Don Felipe Días Colodrero hacia fines del siglo pasado, el mismo que fuera impulsor de las instalaciones del Instituto «Santa Teresa de Jesús» de la ciudad.

Más allá de sus orígenes, es importante mencionar, que este ejemplar centenario de la ciudad de Goya es considerado un Monumento Natural de la ciudad, y promulgada bajo ordenanza promulgada por el Departamento Ejecutivo Municipal el 4 de marzo de 1998. Es un compromiso desde entonces de cada gestión, el de colocar carteles descriptivos con el nombre y características de la especie y su carácter de «Monumento Natural» de la Ciudad, incluyéndolo en los catálogos turísticos de Goya.

Contenido provisto por: Javier Díaz Morales