Se cumplen 70 años del fallecimiento de Evita

El 26 de julio de 1952, con sólo 33 años de edad, pasaba a la inmortalidad aquella notable mujer que, en tan poco tiempo, generó un impacto inédito en la vida cultural de nuestro país, volviéndose un símbolo de la lucha por los derechos de las mujeres y los desprotegidos.

La vida y obra de Eva Duarte de Perón es conocida, retratada y conmemorada desde muchas perspectivas, pero es necesario en esta reseña acceder a destacar los aspectos más destacados de porque esta mujer se convertiría en un ícono de lucha de tantos grupos de mujeres y aquellos pertenecientes a clases sociales trabajadoras desprotegidas del sistema bajo el cual se encuentran.

Una vez que conoció al por entonces Secretario de Trabajo, Juan Domingo Perón, comenzaría a forjar una solidez de gestión casi como una funcionaria pública de aquel momento. Pero siempre tras la investidura de su marido, que luego se proclamaría por el voto popular, como Presidente de la Nación. Por su papel activo y comprometido en el gobierno, se convertiría en la más querida por las clases trabajadoras, a las que ella los llamaba los «descamisados» y a quienes benefició con su obra y acción política.

«Una Feminista que no asumió como tal»

Se la considera a Evita una adelantada para su época, pues con su determinación y capacidad de gestión y lucha por los derechos, se consideró “una feminista que no se asumió como tal”. Esa mujer impulsora de reivindicaciones sociales y civiles, y que, a 70 años de su muerte, sigue presente en el debate público.

Corría el año 1951 cuando debido a su carisma y liderazgo, el sindicalismo propuso firmemente proponerla como candidata a vicepresidenta en las elecciones de tal año, las mismas en las que Perón iba a buscar un segundo mandato. Pero este último, finalmente desistió a tal pedido, se cree que debido a la presión de sectores conservadores y de parte del Ejército.

El renunciamiento de Evita y su estado de salud

Fue aquel entonces cuando entre lágrimas frente a toda la gente reunida, pronunció sus recordadas palabras de “Renuncio a los honores, pero no a la lucha”. Las mismas que marcarían que Evita se quedaba sin la posibilidad de ocupar su primer cargo público, pese a la centralidad que tuvo en la política argentina.

Como dato histórico y de gran valor para la historia Argentina, en aquella elección de 1951, la que marcaría un hito en el relato político nacional por que sería la primera en que la mujer accedía a emitir su voto, gracias a la gestión de Evita, esta última debía emitir su sufragio en un hospital. Su estado de salud, ya se encontraba deteriorado.

María Eva Duarte finalmente se despidió de su pueblo el 1° de mayo de 1952 en una Plaza de Mayo desbordante. Ya con su estado de salud frágil, sostenida por su marido, dijo: “No quise ni quiero nada para mí. Mi gloria es y será siempre el escudo de Perón y la bandera de mi pueblo, y aunque dejé en el camino jirones de mi vida, yo sé que ustedes recogerán mi nombre y lo llevarán como bandera a la victoria”.

Evita, ícono de la cultura y política Argentina

Desde su muerte Evita se conformó como un personaje central en la política argentina. Desde hace 70 años y en el futuro de nuestro país Evita será objeto de interpretaciones y apropiaciones de su pensamiento y posible accionar. A 70 años de su muerte, la figura de Evita sigue generando pasiones encontradas en un país que la reconoce como una de sus grandes líderes políticas.

Contenido provisto por: Javier Díaz Morales