Uno de los masivos medios de comunicación por excelencia alguna vez pasó desapercibido, no había logrado la notoriedad que la sociedad le otorgaría años más tarde, cuando la hizo preponderante para su cotidianeidad.

Alguna vez fue una tecnología incipiente que llegaba más para sorprender que para involucrarse por completo en los hogares argentinos. Pero cuando a una novedad se le añade un evento masivo, totalmente sobresaliente para la época, se pueden constituir como algo histórico y capaz de ser recordados para siempre. Ese evento sería el “día de la lealtad peronista” cuya ocasión, en 1951, sería proyectado a través de la novedad para nuestro país, la televisión.

Es que no hubiera sido lo mismo transmitir por primera vez algún programa aleatorio, o imágenes de alguna temática en particular, a proyectar una plaza colmada y la figura de una de las personalidades más destacadas de la historia argentina.

El acto central de inauguración de la TV

Es lo que une a la televisión con el Día de la Lealtad Peronista del año 1951, cuando con la transmisión desde Plaza de Mayo hace ya 71 años, nacía la televisión en nuestro país. Aquella primera transmisión, que fue realizada por la llamada “LR3 Radio Belgrano TV” que consiguió por entonces un fuerte apoyo estatal, marcaría lo que sería las bases del “cuarto poder” que tanto se comenzó a hablar en pleno Siglo XX: la televisión. Desde ese momento en nuestro país aquella pantalla pequeña, rectangular y plateada elevaría su gravitación cultural, política y económica. Por entonces se volvió un elemento fundamental para comprender la sociedad en que vivimos, y sus transformaciones.

Teniendo en cuenta un fragmento de la entrevista que el periodista y especialista en medios Carlos Ulanovsky brindó a la agencia de noticias Telam:

“La tele nace en la Argentina por iniciativa de un tipo que, hasta muy poco tiempo antes, había sido uno de los pioneros de la radio y en ese entonces era director de Radio Belgrano: Jaime Yankelevich. Uno de los hijos de Yankelevich, Miguel, estaba muy grave. Era muy joven pero hablaba inglés, leía revistas especializadas y estaba bastante al tanto de lo que era la televisión. En su lecho de enfermo le pidió a su padre que trajera la televisión a la Argentina. Y don Jaime cumplió con ese mandato”.

Con la llegada de la televisión a nuestro país, debido al fuerte apoyo gubernamental que recibió para que arribara a estas tierras, y la confianza que Evita por entonces estrechó a la idea de recibir tal tecnología, Argentina integraría en aquel entonces un selecto “club” de los países que disponían de dicha novedad. Junto a los Estados Unidos (cuyo modelo fue tomado como referencia), también lo encontraría a Cuba, Brasil, México, Alemania, Gran Bretaña y Francia.

El comienzo del auge de la televisión

Teniendo en cuenta el contexto histórico de la época, cuando sucedió el origen de la primera transmisión de la televisión, estaba reservada para unos pocos 4 o 5 mil aparatos que podían ser adquiridos por personas de gran poder adquisitivo, y el primer canal en ser puesto en funcionamiento sería “Canal 7”.

Luego incorporar al servicio otros tres canales ubicados en Capital Federal (el 9, el 11 y el 13) y el aumento de ventas de los aparatos (pasaron de un inicial de 3 mil en 1951 a 175 mil en 1959), la televisión argentina se constituiría en la categoría de fenómeno de masas ya iniciando la década de 1960.