El río Paraná cierra el año con aguas bajas y continuará descendiendo en enero

La bajante es la «más larga de la historia», según el Instituto Nacional del Agua.

A ello se le suma una sequía calificada como «histórica» y «la peor de los últimos 60 años según los registros provinciales», con efectos «devastadores»; y pocas o nulas lluvias en todo el territorio entrerriano desde 2021.

La bajante histórica tuvo su inicio en marzo del 2020, un año más tarde recuperó una tendencia alcista sin alcanzar su normalidad, pero volvió a caer a fines del 2021, y provocó notorios cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social entrerriana.

Ello afectó la fauna íctica al dejar seco el valle de inundación (donde los peces se refugian, alimentan, reproducen y crecen); produjo inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua.

También acrecentó los problemas de incendios en las islas y los de contaminación del agua, ya que se redujo la capacidad del río de dilución de los afluentes crudos o industriales.

Junto al resto de condiciones climáticas desfavorables se vieron afectados los cultivos, generando plantas de menor tamaño, demoras en la fertilización nitrogenada, un retraso en el crecimiento, e incluso en sitios puntuales se detectaron pérdidas parciales y totales.

La producción de animales, con ventas anticipadas de animales y una caída en la condición corporal del ganado, y sectores derivados como el lechero se sumaron a las economías perjudicadas.

Fuente: Télam