Las lluvias «cesan el deterioro pero no recuperan» el suelo tras la sequía histórica

Lo aseguró la Bolsa de Cereales.

Durante febrero, la demanda de las coberturas exigió a las reservas hídricas «sin que hubiera una suficiente reposición a través de las precipitaciones«, apuntó el organismo.

Asimismo, determinó que gracias a las últimas lluvias se mantiene una «mínima disponibilidad de humedad«.

Por ejemplo, la soja no transitó febrero en sequía plena; pero la humedad en su floración ha sido «ajustada», lo que tendió a forzar recortes en los rendimientos de la planta.

La Bolsa consideró que las precipitaciones que se esperan en el cierre de mes sean «más un cese en el deterioro del estado de las sementeras, que una recuperación» de los cuadros.

La sequía récord fue calificada como la peor de los últimos 60 años, según los registros provinciales; y provocó efectos ecológicos y económicos «devastadores», según la Bolsa de Cereales.

Las escasas precipitaciones y las elevadas temperaturas generaron un fuerte retroceso de la humedad. También provocaron estrés térmico para los cultivos y animales de la provincia.

Los registros pluviales de diciembre pasado en Entre Ríos se posicionaron entre los diez más bajos de los últimos 60 años. Mientras que las lluvias de ese mes acumularon menos de 20 milímetros, seis veces por debajo de lo que normalmente debe llover.

Por otro lado, se espera para marzo una tendencia de precipitaciones «más cercano al normal», aunque «hay que recuperar mucho», remarcó la entidad bursátil.

«Independientemente del impacto negativo del fenómeno La Niña en las lluvias, el despliegue de las temperaturas extremas de diciembre y primera parte de enero será un factor determinante en los resultados finales» de los granos, concluyó la Bolsa.

Fuente: Télam