La zona tiene una predominancia de pastizal, con manchones de bosque espinal y la presencia dispersa de algunas especies pertenecientes al bosque fluvial.

Además, se registraron allí 134 especies de plantas, 117 de aves, ocho de mamíferos, siete de anfibios y cuatro de reptiles, conformándose «un importante reservorio de biodiversidad», apuntaron desde el organismo provincial.

Bajo la categoría de Reserva de Uso Múltiple, las 136 hectáreas se sumaron al Sistema Provincial de Áreas Naturales Protegidas, que incluye más de 1,6 millones de hectáreas naturales de Entre Ríos.

La declaración fue enmarcada en la ley provincial 10.479, en un convenio firmado por la secretaria de Ambiente provincial, Daniela García, y el propietario del campo, Carlos Weber.

El propietario del establecimiento presentó un plan de trabajo y manejo del área, junto con la provincia, que ordenará la evolución de los programas y subprogramas que organizan la implementación de la reserva.

Entre ellas, se prohíbe la caza y pesca comercial; utilizar fuego, agroquímicos u otros métodos; no introducir especies de la flora y fauna exóticas y no extraer especies de la flora y fauna autóctonas; y conservar los ambientes.

También trabajan en la reserva personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y de la Fundación Humedales.

Fuente: Télam