La Marcha de los Chayeros marcó el inicio de la ancestral fiesta riojana

La Rioja celebra en su carnaval la particular fiesta de La Chaya.

La Chaya, arraigada en la esencia misma de La Rioja, es una celebración única de origen agrario. Aunque explicarla no resulta sencillo, los turistas que llegan en febrero comprenden y viven rápidamente esta tradición.

La Chaya es La Rioja en sí misma: un momento de alegría para lavar las tristezas de un año de trabajo. Esta festividad fusiona carnaval y rito indígena, marcada por el juego de agua, harina, vino y albahaca. Cada rincón de la provincia la vive a su manera, desde celebraciones familiares en patios hasta eventos masivos que ocupan calles enteras.

Existen versiones más tradicionales, con rituales encabezados por el cumpa y la cuma, y otras más modernas, donde la música popular se mezcla con harina y alcohol. En casas de vidaleros y folkloristas, la Chaya se vive de manera purista, con letanías dulces y melancólicas.

Hace 14 años, un grupo de jóvenes decidieron replicar una tradición de Chilecito: la marcha/vigilia para recibir el mes de la Chaya. Vidaleros, copleros, músicos y público se unen para invocar a los duendes de las cajas y hacer resonar el «tuntún» de sus parches, anunciando la llegada de la Chaya.

La Marcha de los Chayeros nació con este propósito, recorriendo las calles desde la Asociación Folklórica Riojana. Un recorrido a pie que requiere solo una caja, tambor o bombo y muchas ganas de participar en un canto comunitario que renueva el espíritu del trabajador.

Andrés Cejas, reconocido baterista y percusionista riojano, es uno de los precursores de esta marcha. La fecha elegida en esta oportunidad permitió que la marcha finalizara en el predio del Estadio del Centro, donde se montó la «Chaya de los Pobres», un festival alternativo.

La Chaya ha llegado a La Rioja, y los corazones se entusiasman. La harina cubrirá los rostros, igualando a todos bajo la misma bandera, la bandera de la Chaya riojana.

Fuente: Noticias d

Fecha de Publicación: 10 febrero, 2024