San Gervasio: la pulpería que se convirtió en una de las principales atracciones de Tapalqué

De proveeduría a atracción turística, la pulpería San Gervasio abre sus puertas al turista que visita Tapalqué todos los fines de semana. Su historia data del siglo pasado y su actual dueño, Pedro Toso, nos ayuda a reconstruir su historia.

Siempre se dijo que San Gervasio era una pulpería del año 1850, pero no hay un registro cierto sobre su inauguración. Para explicar sus orígenes, se toman algunas referencias. La primera es que la estancia de la familia Cáceres, primero dueños de la pulpería, fue construida en 1830. La usaban como proveeduría porque tenían muchas hectáreas de campo, además de mucho personal, y como la pulpería estaba creada en un camino, que en ese momento se recorría en carreta, era el lugar ideal para descargar mercadería de campo y abastecer al personal.

El nacimiento de Tapalqué en el año 1863 es otra de las fechas. Cuando se firma el decreto y la ciudad empieza a funcionar como tal en el lugar donde la podemos encontrar actualmente, la pulpería ya existía. Por esta razón, estiman una fecha promedio entre las dos anteriores para ubicar los comienzos de la pulpería.

Originalmente, la ciudad de Tapalqué se encontraba unos kilómetros más al sur de la Provincia de Buenos Aires, pero según nos cuenta Pedro Toso, actual dueño de la pulpería San Gervasio, las comunidades originarias arrasaron con la ciudad y las personas se tuvieron que trasladar kilómetros al norte. Entonces, en 1863 se firma el decreto y Tapalqué se establece como tal  

Imagen cortesía de Pedro Toso- Pulpería San Gervasio

“Comenzó como una proveeduría interna, después fue un lugar de venta de bebida al paso, porque tiene un salón muy chico en la parte donde da al público con un mostrador angosto. Entonces dicen que era una posta de carreta, porque estaba en el camino que va rumbo a Buenos Aires y venían de la zona sur. Usaban el lugar para intercambiar caballos, hacer noche y después continuar su camino”, explica Toso.

San Gervasio también era un lugar de depósito en los momentos en que Tapalqué estaba levantando sus cimientos. Dejaban los materiales allí y luego los trasladaban en carreta hacia la ciudad.

Con el tiempo la pulpería se fue transformando: cambió su utilidad conforme pasaba el tiempo. Dejó de ser de uso personal para transformarse en un almacén de ramos generales que le perteneció a la familia Vásquez. El registro más antiguo es una foto del año 1879 en donde aparece la familia Vásquez posando en la pulpería.

Imagen: cortesía de Pedro Toso
San Gervasio y los Toso

Décadas más tarde, aparece en el historial la familia Toso. En el año 1925, el abuelo Pedro Toso comienza a trabajar para Pascual Campodónico, que era el dueño de la estancia y la pulpería en aquél entonces.

Según cuenta Pedro Toso nieto, el hermano de su abuelo y Campodónico eran socios, su abuelo era empleado de ambos. El terrateniente no quiso continuar con la pulpería y Don Pedro Toso alquiló San Gervasio. Fallece en el año 1975 y sus hijos toman la responsabilidad de continuar con el almacén. “Eran muy chicos, tenían 18 y 15 años. Ellos continuaron con la pulpería hasta el año 2015 que falleció mi tío y mi papá no quiso seguir, entonces seguimos nosotros continuando con la historia y el lugar…”, relata Pedro Toso.

Actualmente, abren al público los fines de semana como atracción turística de Tapalqué, para que la gente pueda conocer y llevarse alguna picada. Según su dueño, San Gervasio ya no es un  lugar como el que tuvieron su papá y su tío, en ese momento era un verdadero almacén de ramos generales donde podías encontrar desde una olla hasta un balde de plástico, elementos personales y comida. “También fue un despacho de combustible, forrajearía y me acuerdo de que cuando era chico venía gente en carros y se llevaba la mercadería del mes”, recuerda Pedro Toso.

De las épocas de gloria de San Gervasio quedan recuerdos y algunos objetos históricos, por ejemplo un cuaderno donde Don Pedro Toso llevaba la contabilidad. En esos registros se podía interpretar que el modo de comercialización era a través del trueque, porque anotaba objetos y distintas cosas que recibía de las familias, y no era dinero, sino cueros y animales a cambio de mercadería. Además, el pasado tiene similitudes con el contexto actual en que predominan los servicios de delivery o moto-mandado: el abuelo de Pedro salía a repartir en carreta la mercadería, pasaba por los campos y con ese mismo vehículo iba a buscar los productos que llegaban en el tren.

Pedro Toso, hoy está radicado en Azul, acompañado por su esposa y sus dos hijas, es la tercera generación de la familia que mantiene la esencia de San Gervasio, un nombre que según nos cuenta, no ha cambiado desde la inauguración de la pulpería.

Contenido provisto por: Ailén Daiana Yaquemet