Cuando hace semanas atrás las noticias reflejaban la caótica situación del río Paraná, aún lo hacían con registros que superaban los 65 centímetros. La nueva marca no hace más que evidenciar y acentuar la problemática actual respecto a la vía fluvial de la cual dependen cientos de especies de fauna, y actividades comerciales que se mueven sobre ella.

Este martes en Goya, el hidrómetro indicaba 0.62 cm en bajante. Según los datos publicados por el Instituto Nacional del Agua (INA) el nivel del río volvió a descender en estos días y esto trae aparejado a que todo se encamine a una tendencia cercana a los registros del año 1944, que según los datos, es considerado el más crítico de la historia.

Efectos de la bajante del Paraná

El problema de la bajante del río es que esta se manifiesta de muchas maneras, poniendo en riesgo no sólo a la fauna íctica de la región, sino además afectando la actividad comercial de quienes utilizan esta vía fluvial, y también el problema de la captación del agua para el uso humano.  Según el INA, julio será “especialmente crítico, con afectación de todos los usos del recurso hídrico”.

Siguiendo con los efectos producidos por la bajante del Paraná, el reporte del INA detalló que las consecuencias en los próximos meses podrían producir impactos en las tomas de agua para consumo urbano, refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales, problemas en la navegación fluvial, fauna íctica y una exposición a incendios en las márgenes y también islas.

Respecto al pronóstico anunciado por el organismo aduce que la tendencia climática de la región al menos considerando un período hasta el 30 de septiembre próximo, no evidencia esperar una mejora sostenida en las lluvias regionales, y sumado a ello presentará niveles inferiores a las medidas correspondientes al invierno.