Sergio Ongarato: «Aprendí de mi padre a tomar decisiones difíciles, más frecuentes en esta época de pandemia»

El coronavirus paralizó el turismo y Esquel lo sufre. El Intendente detalló sus proyectos para desarrollar la ciudad y ratificó: “Estamos trabajando mirando a futuro”.

Sergio Ongarato cumple su segundo mandato al frente del municipio de Esquel y tiene vasta experiencia en política tras ser Secretario de Obras Públicas, dos veces Concejal e hijo del cinco veces Intendente de la ciudad, Ubaldo Ongarato. «De mi padre aprendí muchas cosas de política: la relación con el Concejo Deliberante, llevar adelante discusiones donde hay intereses opuestos e intentar llegar a una solución donde pueda conformar a ambas partes. Aprendí también a tomar decisiones difíciles, que son frecuentes, y más en esta época de pandemia», contó el jefe comunal de la Unión Cívica Radical en diálogo con Noticias d.

Y las dificultades en el año de las pandemia son múltiples: a los cuidados para que los casos en la localidad no se incrementen, se suman las complicaciones para una ciudad que depende mucho del turismo, hoy totalmente paralizado. «Ahora perdimos la temporada de invierno porque por la pandemia no hay aviones ni micros. Con el sector turístico estamos muy preocupados porque si no tenemos temporada de verano daría por tierra prácticamente todos los emprendimientos», se lamentó Ongarato.

El Intendente informó que su primer mandato estuvo apuntado a impulsar la actividad turística y forestal para tratar de salir de la dependencia estatal: «Con el turismo nos fue bastante bien, pero con el sector forestal seguimos trabajando porque tiene cuestiones muy técnicas que hay que resolver». Además, resaltó la importancia de la ampliación del gasoducto cordillerano inaugurado en 2018, los arreglos en la Ruta 40 y la reforma del aeropuerto: «Era un edificio de los años setenta que no tenía las comodidades que un pasajero moderno requiere. Estamos construyendo un edificio de cuatro veces la superficie actual. Eso también nos va a permitir que vuelen más líneas aéreas».

La realidad de la pandemia hace que semana a semana se revean las planificaciones. «Tuvimos una reunión con el ministro de Turismo de la provincia (Néstor García) y habíamos acordado hacer turismo regional desde Lago Puelo hasta Corcovado y, si no había casos en un par de semanas, empezar a tener intercambio con la comarca de Península Valdés. Pero detrás de esa reunión, empezó a haber circulación del virus en varias zonas», recordó el jefe comunal.

El control del Covid 19 en la ciudad

Si bien en Esquel no hay circulación viral, el Intendente explicó a Noticias d que los más de 30 mil esquelenses tomaron más conciencia a partir del caso de dos personas mayores que estaban en Córdoba bajo tratamiento médico y volvieron aislados para pasar la cuarentena en su ciudad: «Fue como un golpe interno y ahora todo el mundo está usando más el tapabocas y cumpliendo más con los protocolos en los comercios. Nosotros decidimos no mandar inspectores, sino promotores que no van a clausurar ni hacer multas, sino a hablar con el comerciante para tratar de cumplir lo mejor posible las medidas preventivas».

Por la geografía y comunicación de la localidad, todos los que ingresan a la zona comercial lo hacen por la portada de Esquel: «Allí hay un control de policía, salud y municipalidad en el que todo el mundo se tiene que bajar del auto y llenar un cuestionario para ver dónde se derivan. Está entrando un micro cada 15 días y todos los pasajeros tienen que cumplir 14 días de aislamiento en el hotel«.

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Otras formas de desarrollo

Más allá de lo comercial y lo turístico, la principal actividad económica del distrito sigue concentrada en el empleo estatal, como en la mayoría de las ciudades patagónicas: «Nacieron como una forma de hacer soberanía, de plantar una ciudad con la bandera argentina flameando. Así nació Esquel y atrás de eso había un montón de instituciones con sus empleados a nivel municipal, provincial y nacional».

También contó que están en la búsqueda de otras formas de desarrollo en la zona como la cría de ovejas, la cosecha de lana y los viñedos que se están instalando, que sirven también como atractivo turístico. En esa línea, Ongarato ratificó su deseo de fomentar la actividad forestal: «Acá uno va a un corralón de materiales y compra machimbre de Misiones, que viene de 3 mil kilómetros de distancia, cuando aquí tenemos los pinos. Pero falta mucha tecnología y desarrollo, falta el empuje y a veces el Estado lo dio, pero fue mal aprovechado».

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El fomento desde la municipalidad, según comentó Ongarato, se realizó también con obras básicas de infraestructura en el centro de la ciudad: «Fueron obras de corte arquitectónico paisajístico y de pensar un centro comercial más peatonal que vehicular, como lo están haciendo muchas ciudades turísticas del país. También pusimos a Esquel en la agenda deportiva de eventos nacionales y eso trajo mucha gente, tenemos un gimnasio cubierto para 3 mil espectadores donde pusimos el piso totalmente a nuevo».

En ese sentido, el jefe comunal dijo que están estableciendo contacto con funcionarios a nivel nacional y entrar en el plan Argentina Hace, y así financiar proyectos de obras hidráulicas, una nueva toma de agua y una nueva planta cloacal, «que si bien no están excedidas de su capacidad, sabemos que dentro de diez años no van a alcanzar y estamos trabajando mirando a futuro«.

Al respecto, agradeció la participación del diputado nacional por Chubut Santiago Igon, residente de Esquel, con quien a pesar de ser de fuerzas políticas diferentes, expresó que están trabajando bastante bien para resolver los problemas de la ciudad. «Está haciendo de interlocutor con todos aquellos funcionarios con los cuales no puedo verme y él conoce por su pertenencia política y porque ha viajado muchas veces a Buenos Aires por su función».

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Ciudad familiar

Ongarato fue a estudiar arquitectura a la Universidad de Buenos Aires y volvió a Esquel buscando la calidad de vida para su familia, que en la gran ciudad no encontró: «Yo que me había criado con el Parque Nacional Los Alerces a 50 kilómetros, donde todos los fines de semana íbamos al lago o a caminar por el bosque. Me crié andando en bicicleta solo sin ningún problema y veía una libertad para mis hijos que no podía ofrecerles en Buenos Aires».

En su tiempo libre, el Intendente aprovecha para disfrutar de su ciudad natal con sus tres hijos: «En invierno vamos a esquiar y el resto del año salimos a caminar al Parque Nacional o la Reserva Natural La Zeta«. Como todos los hombres y mujeres en gestión de la Argentina, Ongarato espera que los casos de coronavirus puedan contenerse y así poder retomar los proyectos y sueños planificados para la ciudad.