La Comisión Organizadora por «Las Putas de San Julián» se reunió y realizó el Circuito Urbano de Huelgas

Crónica de la reunión entre organizaciones, autoridades y referentes, que incluyó un paseo de postas históricas como cierre de esta memorable jornada.

El pasado 2 de septiembre, el Honorable Concejo Deliberante de Puerto San Julián declaró por unanimidad de interés cultural y educativo el emplazamiento de un espacio de la memoria por Las Putas de San Julián. En mayo, el mismo Concejo declaró de Interés Cultural y certificó el Circuito Urbano histórico autoría de la Mesa de las Huelgas Patagónicas.

De esta manera, se aprobó el terreno del emplazamiento, y se cristalizó parte del proyecto de la Comisión Organizadora por los 100 años de Las Putas de San Julián, trabajo de muchas personas y organizaciones que buscan homenajear a estas valientes mujeres a quienes el recordado historiador Osvaldo Bayer dio entidad a nivel nacional.

Pasadas las 10 de la mañana del pasado jueves 2, el Honorable Concejo  de Puerto San Julián declaró, por unanimidad de interés municipal, cultural y educativo, el emplazamiento de una obra escultural en homenaje a Las Putas de San Julián; éstas cinco mujeres que trabajaban en el prostíbulo La Catalana en los años 1920 y 1921 durante las Huelgas Rurales, referidas como la Patagonia Rebelde.

Afuera esperaba ésta declaración parte de la Mesa por la Huelga, Marita Molina (quien horas más tarde dirigió el recorrido histórico), Pablo Walker y el ex concejal Diego de la Mata. Ellos, además, obtuvieron el certificado de un recorrido urbano con postas históricas en lugares donde ocurrieron hechos históricos vinculados a las “Huelgas del 21”, paseo que idearon en 2017.

Luego de ser sancionada la tan esperada declaratoria, fueron llegando representantes de las distintas organizaciones que conforman parte de la Comisión Organizadora por los 100 años de Las Putas de San Julián, y autoridades provinciales.

Esa mañana también se conocieron y reencontraron personas de distintos organismos que forman parte de la comisión, dado que los encuentros y los últimos planes que trazaron, se tramitaron en reuniones virtuales por razones que son públicas. Así, luego de las fotos protocolares una camioneta llegó al edificio del Concejo para realizar un el circuito urbano de Huelgas bajo la guía turística idónea María de los ángeles (Marita) Molina.

El recorrido comenzó antes del mediodía en la intersección de Avenida Piedra Buena y calle Alberdi, esquina donde se emplazará el espacio de la memoria de Las Catalanas. Un terreno con una hermosa vista  a los canales de la cascada de la bahía de San Julián.

Las postas del circuito son edificios donde ocurrieron importantes hitos históricos relacionados a las Huelgas del 21: detenciones políticas, reuniones, vecinos escondían a huelguistas para resguardarlos de las pesquisas de los escuadrones nacionales, entre otras anécdotas la época.

La camioneta fue parando por el Prostíbulo de La Catalana, Edificio Aurora y ex Comisaria en la calle Colón; Depósito Braun Y Blanchard (ex compañía naviera) y el  Museo del Campo sobre la calle Bartolomé Mitre, Plazoleta Albino Argüelles (calle Vieytes), y finalizó el trayecto en la tumba de Maud Foster ubicada en el cementerio local. En cada parada Molina se encargó de explicar los hechos sucedidos en cada espacio y la importancia de cada edificación.

El paseo fue ameno e informativo, entre otras cuestiones, se habló del tabú que aún existe en esta pequeña ciudad respecto a algunos sucesos y la resistencia que persiste en algunos casos, de colocar carteles indicativos. Es que la historia oficial  -generalmente escrita por hombres- se encargó de borrar estos importantes relatos históricos, como lo fue este mítico episodio del cual fueron protagonistas las trabajadoras sexuales de “La Catalana”, que en 1921 se negaron a servir a los soldados al grito de: ¡Asesinos!

Sobre “Las Catalanas”

Hace casi 100 años, el 17 de febrero de 1922 las Trabajadoras Sexuales del prostíbulo La Catalana” se negaron a prestar sus servicios a militares que reprimieron y asesinaron a los peones rurales durante las huelgas en Santa Cruz. El historiador Osvaldo Bayer, durante una investigación para su libro “La Patagonia Rebelde”, descubrió en un viejo informe policial el episodio que tuvo como protagonistas a Consuelo García, Angela Fortunato, Amalia Rodríguez, María Juliache, y Maud Foster.

Posteriormente fueron expulsadas del pueblo y la única que regresó fue Foster, que se encuentra enterrada en el cementerio local. Este revuelo local devendría, muchísimos años después, en una obra titulada “Las putas de San Julián”.

Imagen: darlapalabra.com.ar

Los hechos por Osvaldo Bayer

“Las cosas se organizaron bien, porque previamente se mandó decir a las dueñas de los prostíbulos que a tal hora iba a ir la primera tanda de soldados para que tuvieran listas a las pupilas. En San Julián se avisó a Paulina Rovira, dueña de la casa de tolerancia ‘La Catalana’.

Pero cuando la primera tanda de soldados se acercó al prostíbulo, doña Paulina Rovira salió presurosa a la calle y conversó con el suboficial. (…)  El suboficial les vendrá a explicar algo insólito: las cinco putas del quilombo se niegan. El suboficial y los conscriptos lo toman como un insulto, una agachada para con los uniformes de la Patria. (…) Todos, en patota, tratan de meterse en el lupanar. Pero de ahí salen las cinco pupilas con escobas y palos y los enfrentan al grito de “¡asesinos! ¡porquerías!”, “¡con asesinos no nos acostamos!” La palabra asesinos deja helados a los soldados que aunque hacen gestos de sacar la charrasca, retroceden ante la decisión del mujerío que reparte palos como enloquecido. El alboroto es grande. Los soldados pierden la batalla y se quedan en la vereda de enfrente.

Las pupilas desde la puerta de entrada no les mezquinan insultos. Además de “asesinos y porquerías” les dicen “cabrones malparidos” y —según el posterior protocolo policial— “también otros insultos obscenos propios de mujerzuelas”.

Pero esto no quedará así. Interviene el comisario de San Julián y hará arrear a las desorejadas hasta la comisaría. Las cinco rameras son llevadas por dos agentes, entre las sonrisas burlonas de los hombres y el desprecio de las mujeres honestas del pueblo. También se llevan a los músicos del prostíbulo: Hipólito Arregui, Leopoldo Napolitano y Juan Acatto, que son dejados de inmediato en libertad al llegar a la comisaría porque declaran solícitos que reprochan la actitud de las pupilas.

A las meretrices las meterán en un calabozo. “

Contenido provisto por: Eduardo Velazquez