A raíz del aislamiento social, preventivo y obligatorio, nuestros tiempos de descanso pueden estar sufriendo algún tipo de alteración. El contexto cambió y a nuestro cuerpo y mente les cuesta adaptarse.

No tenemos el mismo gasto de energía que nos lleve rápidamente a un estado de reposo. Es entonces cuando aparecen las dificultades para conciliar el sueño, como interrupciones en el transcurso de la noche, despertarse muy temprano o acostarse muy tarde.

¿Debo obligarme a dormir en mi horario de siempre?

Es muy común pensar que debemos dormir sí o sí como solemos hacerlo con nuestra rutina habitual, fuera de la cuarentena. Sin embargo, es lo poer que podemos hacer.

El psicólogo Víctor Frankl decía que si hay insomnio, no hay que contar ovejas. Es preferible levantarse, mantenerse despierto y con el correr de los minutos uno caerá en la cama.

Relajar la mente, cansar el cuerpo

Profesionales de la Dirección de Salud Mental y Adicciones, Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes proponen tres alternativas para conciliar el sueño.

1. Desconectar. Cada persona sabe cómo hacerlo. Técnicas de relajación y respiración, lectura, música o tareas manuales.
2. Llegar cansados. Desarrollar tareas dentro de casa que insuman un gasto de energía mayor, para que el cuerpo “pida” un descanso reparador. Pueden ser tareas domésticas, ejercicios físicos, baile y hasta algún deporte si el hogar cuenta con jardín o patio.
3. Cenar más temprano. Si comemos más temprano de lo habitual, la digestión no se superpondrá con el sueño. Además, es importante cenar temprano para no forzar nuestro metabolismo.

Fuente: Prensa Gobierno de Mendoza