El ministro del Interior, Eduardo «Wado» De Pedro, y el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, firmaron un convenio para el mejoramiento del sistema integral de recolección y tratamiento de efluentes cloacales de las ciudades de Tunuyán y Tupungato, a través de un financiamiento del Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional (FFFIR) por 366,6 millones de pesos.

La firma del acuerdo se realizó en el Salón de los Escudos del Ministerio del Interior, en Casa Rosada, informaron fuentes de esa cartera.

En ese marco, y tras resaltar que este convenio «beneficiará a más de 53 mil mendocinos y mendocinas», De Pedro aseguró que «forma parte de un plan integral que prevé el tratamiento y reutilización de los efluentes cloacales para la agricultura, una iniciativa que cuida el ambiente y permite ahorrar recursos».

El titular de Interior señaló que este tipo de iniciativas las vieron «en primera persona en abril junto al gobernador Suárez y a otros mandatarios y mandatarias provinciales», durante la misión que hizo esa cartera a Israel «por el manejo inteligente del agua en ese país, donde el 89 por ciento de los efluentes son tratados y reutilizados», al tiempo que hizo hincapié en la necesidad de apuntar «a una correcta gestión del recurso hídrico», lo que «redundará en su preservación, pero también en un fuerte aumento de la producción y más fuentes de trabajo» en el país.

Por su parte, Suárez sostuvo que se trata de una «obra importantísima no sólo para Tunuyán sino también para todos los departamentos de la región, ya que se podrá renovar todo el sistema».

El mandatario provincial remarcó que, con la segunda etapa, la obra favorecerá a Tupungato y también a Rivadavia, ya que el tratamiento de aguas que se realiza en la planta servirá para regar zonas improductivas.

Los fondos serán utilizados para la primera etapa de la obra, que se desarrollará a través de Aysam (Agua y Saneamiento Mendoza).

Suárez subrayó que «esta obra, que le sirve muchísimo a Tunuyán, tiene que ver con el medioambiente y con el tratamiento de los efluentes cloacales, que realmente están muy viejos y hay que renovar todo», al tiempo que recalcó que «esta es la forma» en que tienen «que trabajar los argentinos».

Por otra parte, De Pedro expresó que «la articulación entre la Nación, las provincias y los municipios es fundamental para llevar soluciones no sólo a los mendocinos y las mendocinas, sino también al resto de los argentinos y argentinas».

A su turno, la secretaria de Provincias del Ministerio del Interior y presidenta del Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional (Fffir), Silvina Batakis, quien también participó del encuentro, destacó el trabajo consensuado con la provincia, y manifestó que la obra beneficiará «a cerca de 50 mil habitantes, y seguramente es el inicio de un financiamiento de una obra más grande».

El proyecto es parte de una serie de iniciativas sobre el manejo de los recursos hídricos, que tomaron mayor impulso luego del viaje de intercambio y cooperación realizado en Israel y encabezado por De Pedro, en el que participó Suárez junto a una importante delegación de gobernadores y representantes provinciales.

La obra también permitirá el transporte, tratamiento y posterior reúso agrícola de los efluentes cloacales generados en las ciudades cabeceras de los departamentos de Tunuyán y Tupungato.

Israel reutiliza el 89% del caudal de efluentes cloacales con fines productivos, algo que fue relevado y estudiado con interés por la comitiva que participó de la misión a ese país, y cuya tecnología se busca aplicar también en la Argentina.

Por último, el intendente de Tunuyán, Martín Aveiro, agradeció las gestiones del Ministerio del Interior, y remarcó que vienen «trabajando permanentemente y haciendo acciones a la par, pensando siempre en la calidad de vida de los vecinos».

Estos trabajos beneficiarán directamente a 53 mil vecinos y forman parte de un programa integral que está enmarcado en el plan director de Agua y Saneamiento Mendoza (Aysam) para el desarrollo del Valle de Uco.

En esta primera etapa prevé la renovación de la colectora máxima de hormigón existente, la cual presenta un elevado deterioro estructural y frecuentes hundimientos.

Fuente: Télam