Villa General Belgrano sufrió los daños colaterales de la pandemia quizás como ninguna otra localidad. Solo con la suspensión de la Fiesta Nacional de la Cerveza, el municipio perdió unos 60 millones de pesos.

«En 24 horas, tuvimos que desalojar todo. Teníamos un 45% de ocupación. Suponíamos en ese momento que iba a ser transitorio, pero finalmente duro casi nueve meses y medio, en los que no tuvimos un solo huésped alojado», contó el intendente Oscar Santarelli a Noticias d.

«Esta situación hizo que el impacto económico sea muy fuerte porque no solamente arrastró a la hotelería y la gastronomía, sino también al comercio en general. El resentimiento económico fue demasiado fuerte hasta que allá por diciembre se habilitó la hotelería nuevamente», apuntó el jefe comunal.

La capacidad hotelera de la localidad fue una herramienta fundamental a la hora de lidiar con la pandemia. «Fuimos uno de los pueblos en donde menos índice de enfermos hubo en relación a la cantidad de habitantes. Pudimos hacer un aislamiento inmediato de los pocos casos que teníamos, al utilizar un hotel como refugio sanitario. Ese hotel sigue bajo el manejo de la municipalidad hasta el día hoy«, explicó Santarelli.

Villa General Belgrano cuenta con 14 casos activos en la actualidad, sobre un total de 156 contagiados desde el inicio de la pandemia. «Nunca tuvimos un brote de Covid. Después de dos meses de actividad turística muy intensa, hemos tenido solamente 7 turistas contagiados. Nos abocamos de una manera muy intensa al control de esta pandemia», aseguró.

La subsistencia económica durante los diez meses del aislamiento se basó en la asistencia estatal. Por un lado, a través de la percepción de los ATP del Gobierno Nacional; por otra parte, a partir de dos acciones concretas del municipio. «En primer lugar, todos los comercios afectados fueron eximidos de sus impuestos; además, desde lo social, llegamos a asistir a 800 familias con bolsones de alimentos, realizando una inversión de $ 5.500.000 para que el plato de comida no falte en la casa de ninguno de nuestros vecinos«, remarcó Santarelli.

Si bien las celebraciones de la Fiesta Nacional de la Cerveza –que todos los años convoca a unas 150 mil personas de distintos puntos del país- representan un pico turístico insoslayable, Santarelli subrayó que Villa General Belgrano «ha logrado romper la estacionalidad completamente», ya que «todos los días del año hay turismo en nuestro pueblo«. Sobre esa estabilidad se basa la recuperación económica, a partir de una «excelente temporada» de verano actual.

De las grandes celebraciones, que incluyen también a la Fiesta de la Masa Vienesa y la Fiesta del Chocolate Alpino, «en 2020 no pudimos llevar ninguno adelante». Según el intendente, solamente la Fiesta de la Cerveza implicó la pérdida de unos $60.000.000 para las arcas municipales, sin contar el perjuicio en la actividad privada. «El impacto económico fue muy fuerte, pero estamos de pie y felices porque tenemos una temporada exitosa», sostuvo Santarelli.

El intendente apuntó que desde la gestión «nos dedicamos a poner en valor nuestros espacios verdes y ofrecerlos como parte de la oferta turística». En ese sentido, «obtuvimos la certificación de destino seguro por el Ministerio de Turismo de la Nación y, al cerrarse las fronteras con países limítrofes, muchos de los que elegían esos destinos optaron por nuestra Villa. Logramos un público con una capacidad de consumo mucho más importante que años anteriores y el comercio en general trabajó muy bien«, celebró.

Desde la mirada de Santarelli, los números de la actual temporada invitan a ilusionarse con una pronta recuperación. «Hemos trabajado durante todo el mes de enero con un 78,2% de ocupación de punta a punta y 65% durante el mes de diciembre. Tenemos una excelente ocupación, superior a todos los demás destinos de la provincia y tenemos un 65% de reservas para este mes de febrero. Estamos muy contentos», destacó.

En materia de obra pública, Villa General Belgrano no frenó a pesar del parate ocurrido por la pandemia. «Durante los primeros tres meses del año pasado, pudimos reestructurar nuestro municipio que venía con una administración pública deficitaria de hace más de 20 años. Empezamos a equiparnos hasta que apareció el Covid y nos dedicamos a embellecer nuestro pueblo», resumió el jefe comunal.

Santarelli advirtió que la pandemia «no tiene que pasar a ser el único problema y que todo gire alrededor del mismo porque así nos vamos a inmovilizar y lo que el país en general necesita es salir de esta situación, desde el punto de vista sanitario y desde la gestión pública, reactivando la economía y generando la mayor cantidad de trabajo posible«.

En ese sentido, el cuidado y preservación del medio ambiente tienen un lugar importante en la agenda del municipio. «Estamos construyendo un sistema mejor de cloacas y cuatro diques para contener las crecidas de los arroyos. Vamos a realizar una nueva terminal de ómnibus, para sacarla del casco céntrico y evitar contaminación ambiental», contó Santarelli.

«Estamos trabajando en muchos frentes que van a tener un impacto favorable en el medio ambiente. El pueblo está muy cuidado y trabajamos en la concientización de los vecinos y visitantes«, aseguró.

El camino a la intendencia

Oscar Santarelli es contador público, está casado y es padre de 4 hijas. De forma paralela a su carrera, se inició en la actividad turística y hotelera privada, donde logró destacar. Además, participó como miembro en diferentes instituciones educativas y sociales.

Santarelli fue presidente de la Agencia Córdoba Turismo y ministro de Obras Públicas del gobierno provincial de José Manuel de la Sota. Luego de 7 años en la actividad pública, volvió a desempañarse en el sector privado hasta que decidió presentarse a elecciones. Como parte de Hacemos por Córdoba y alineado al gobernador Juan Schiaretti, logró desbancar al gobierno radical en diciembre de 2019 y convertirse en intendente.

«Habiendo decidido dejar la hotelería, dándole paso a mis hijas para que se hagan cargo del emprendimiento, y porque me gusta estar activo, decidí a los 67 años participar en las elecciones y tuvimos la suerte de poder ganarlas», recordó Santarelli.

«La política no es mi actividad principal u objetivo único, pero es una gran vocación que tengo de trabajar para la comunidad. Hemos armado un equipo de gente de diferentes colores políticos, trabajamos con mucha armonía y creemos que es lo que tiene que ocurrir en la Argentina para poder salir adelante«, finalizó.